Primer día del Quinario al Santísimo Cristo de la Sed

Entramos en el período de la Cuaresma que se abre como una vuelta a Dios.

La lectura nos propone escuchar el  oráculo profético, en el que se nos anuncia cómo se va a redimir el pecado.

Es el momento de lavar nuestros pecados, ayudados de la oración y del culto externo.

El culto externo mediante obras de la justicia nos separa del pueblo del Antiguo Testamento que tenía a Dios en sus labios, pero lejos de Dios.

Es en los Mandamientos de su Ley, donde se nos muestran las Palabras de Vida, tal y como ocurrió cuando predicó el apóstol Pedro, las palabras les hicieron reaccionar, fueron atravesados por la Fe.

¿Qué tenemos que hacer entonces?

La Fe son las obras y el seguimiento de la moral, como nos muestra la Biblia.

Así conseguiremos creer en  Dios y hago que se muestre en mi vida.

Así, en el Padre Nuestro, cuando se reza "Hágase tu voluntad en tierra y como en el cielo", pasaje central del mismo, estamos reconociendo que la Voluntad de Dios, es el centro del Padre Nuestro y además centro de nuestro universo

Jesús se revela el misterio de Dios y se hace hombre, como verdad encarnada, padeciendo Sed, él que es fuente de agua viva.

Así como intentaron apagar su sed dándole la esponja bañada en vinagre, no dejemos apagar la sed la Fe con una Fe sin obras.

Os esperamos hoy en el segundo día del Quinario.

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