En un tiempo en el que se frivoliza todo, no se ha escapado LA FAMILIA de salir en tela de juicio, relativizándose sus contenidos morales y su significado y confundiéndola como una fórmula más, dentro del abanico de libertades que todos tenemos, hasta el punto de confundirla, junto al matrimonio, con otras fórmulas que no lo son.
Frente a ello aparece la Familia de Nazaret como una ayuda a todos, para que no perdamos el norte, para que no nos desorientemos.
Jesucristo en la tierra vive treinta y tres años, de los cuales sólo tres, constituyen lo que llamamos su vida pública, es decir lo que conocemos de Él, de los otros treinta años, su vida oculta, solo conocemos pequeños episodios aislados; es decir, el Señor emplea sólo tres años en preparar la redención de la humanidad y otros treinta largos años ¿haciendo qué?, ¿en que emplea Jesucristo diez veces más de su tiempo?.
La respuesta es clara, pues en nada más y nada menos que en vivir con su FAMILIA .
La familia de Jesucristo es tan sumamente importante, que es nuestro modelo a seguir y no entendamos con esto que tenemos que ser maravillosos y perfectos como vemos en algunas estampitas, no nos creamos que ésta Familia está por encima del sufrimiento.
Si pensamos en La Virgen María vemos en Ella una continua vivencia de alegría y dolor: criando, educando, siguiendo de cerca a su Hijo Jesús “su madre conservaba estas cosas en su corazón” (Lc 2, 52). Las vivencias de sufrimiento de la Virgen son manifiestas desde que voluntariamente y con la mayor libertad del mundo dijo el SÍ más rotundo de la historia hasta que poco a poco vislumbra la auténtica personalidad de su Hijo; vivió la enfermedad de su marido, quedó viuda, y lo peor, vio como a su único Hijo lo mataban injustamente. Pero también son claras las alegrías vividas por Ella, la mayor de todas, la que lo es también para nosotros, La Resurrección.
No digamos nada de San José, al que desde el principio de la Historia, vive la duda, el fracaso, las penalidades del trabajo, el tener que trasladar su casa a la muerte de Herodes, la huida a Egipto etc…
Y en el centro de todo el Hijo al que llevó la obediencia al Padre a varios disgustillos con su familia aquí en la tierra “ No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre” (Lc 2, 49). “ El Niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la Gracia de Dios estaba con Él “ (Lc 2, 40). El Plan de Dios para Él, era una familia.
La familia cristiana parte de un COMPROMISO de por vida, elegido libremente, con sus pros y sus contras, con sus alegrías y con sus tristezas. Es una VOCACION. No te engañes y que no te engañen; cuando creas que algo no va bien en tu familia piensa en esto y verás que si en tu familia esta Dios en el centro, es ni más ni menos como en AQUELLA FAMILIA DE NAZARET y que al final todo acaba bien.
Miguel Alberto Fernández Melero.
Consiliario 2º