Hermandad de la Sed

Paso de Cristo

Historia

El día 30 de octubre de 1987, la Hermandad celebró un Cabildo General Extraordinario para decidir si el nuevo paso se realizaría en madera para barnizar o dorado. Finalmente, se aprobó que fuera dorado.
El anteproyecto del paso fue realizado por nuestro hermano Don Antonio J. Dubé de Luque, mientras que el dibujo correspondió a Manuel Guzmán Bejarano, quien sería el artista encargado de ejecutar la obra.

La primera salida del nuevo paso se produjo en 1990 estando ya las an­das acabadas en la labor de talla debida al referido Manuel Guzmán Bejara­no. En 1991 se estrenaron cuatro arcángeles y doce án­geles policromados realizados por Manuel Carmona. En 1992 salieron do­rados por Manuel Calvo Camacho la canastilla, los candelabros y el respi­radero frontal junto a cuatro cartelas talladas por el mencionado Manuel Carmona, además de las coronillas para los guardabrisas de los candela­bros, de Manuel de los Ríos. Para 1993 se concluyó el dorado completo del paso con el de los respiraderos laterales y trasero y se estrenaron unas car­telas pictóricas realizadas por Alfonso Magüesín de la Rosa bajo un progra­ma iconográfico seleccionado por el canónigo Ángel Gómez Guillén her­mano de la corporación. El llamador fue donado por la Familia Conde y fue fundido en Espartinas según modelo de Ángel Rengel López y estrenado en 1995. En la Semana Santa de 2019 las andas se han restaurado en su dorado por parte de Francisco Pardo.

Su estilo es neobarroco, destacando la gran valentía y fuerza de las cuatro esquinas de su canastilla, que la hacen inigualable.

DESCRIPCIÓN DE LAS ANDAS

Detalle de la canastilla alusivo al escudo de la hermandad
Detalle del respiradero

 

La canastilla presenta una línea sinuosa que recuerda en gran medida al modelo creado por Gijón para el Señor del Gran Poder, con entrantes y salientes, inspirado a su vez en el barroco italiano. La sección de la canastilla es abombada, teniendo a su vez dos tramos, el superior de menor tamaño, sustentado todo en una cenefa muy calada y rematada en otra lisa. La ca­nastilla se presenta calada igualmente, sin crestería, pero con salientes en la parte central de los laterales de donde surgen dos candelabros, mientras que en las esquinas hay otros salientes airosos donde se sustentan los cua­tro candelabros. Los respiraderos igualmente tienen una línea sinuosa con terminaciones en punta, una en el frontal y trasera y tres en los laterales, además de las ubicadas en las esquinas, que son de mayor tamaño. Un total de cincuenta codales de cera iluminan las andas, provenientes de seis can­delabros, los de las esquinas tienen diez luces y seis los laterales.

Las cartelas representan el escudo de la hermandad y el anagrama de Jesús en el fron­tal y trasera del canasto, respectivamente.

En los respiraderos observamos parejas de ángeles de bulto redondo flanqueando cada esquina y cada ménsula lateral, mientras tríos de cabeci­tas angélicas están presentes sobre la cartela de cada esquina y en tres oca­siones en cada lateral y en el centro del frontal y trasero. Otras cabecitas de ángeles individuales se distribuyen a lo largo de la canastilla, dos en el fron­tal y trasera, antes de las esquinas, y cuatro en los laterales, junto a las es­quinas y promediados en la parte central. Son por tanto un total de doce ángeles de bulto redondo y cuarenta y dos cabecitas, además de los cuatro arcángeles.

Esquina delantera izquierda del respiradero

En las esquinas cuatro cartelas en bajorrelieve re­presentan los pasajes de Jesús y la samaritana, Cristo Crucificado bebiendo vinagre e hiel, Moisés haciendo brotar agua de la roca y el ciervo bebiendo agua de la fuente. En los en­trantes de los laterales hay unas ménsulas donde descansan cuatro arcángeles de bulto redondo, con sendas cartelas, y en el centro de cada lateral hay otras dos.

Por su parte, en los respiraderos encontramos tres en el frontal y trasero, cuatro en cada lateral y uno en cada esquina representando el Arca de Noé, Moisés salvado de las aguas, Moisés abrevando el ga­nado de Ragüel, Moisés separando las aguas del mar Rojo, Josué abriendo las aguas del Jor­dán con el Arca de la Alianza, Jonás y la balle­na, el arcángel San Rafael y Tobías, San Juan Bautista, el bautismo de Jesús, la barca del pescador, la Conversión de San Pedro, las bodas de Caná, la cu­ración del paralítico en la piscina probática, Jesús con Jairo y su hija, Jesús caminando sobre las aguas, Jesús calmando la tempestad, el Lavatorio de los apóstoles, el Ángel recogiendo el agua y la sangre que emanan del costa­do de Cristo, la Piedad, la Conversión de Cornelio por San Pedro y San Feli­pe bautizando al eunuco de la reina de Etiopía.

Por último, el llamador representa a un costalero apoyado en la trabaja­dera en actitud de ir llevando el paso, con el detalle de llevar el cordón con la cruz de hermano colgado de la cintura, mientras varios ángeles lo ro­dean, dos de ellos tocando corneta y tambor y otro llevando el templete de la Cruz del Campo.

Llamador

Mide el paso 5,60 metros de largo y 2,60 metros de an­cho.

Texto: Rafael Jiménez Sampedro

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