Hermandad de la Sed

LA HERMANDAD SACRAMENTAL. LOS CABALLEROS DE LA INMACULADA Y ADORADORES DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

NH Antonio Fonseca Fonseca
Representación de la Cofradía del Corazón de Jesús en la procesión de impedidos. Finales de los años 60

Llega a mis manos un viejo libro de actas donde sus páginas soportan el paso del tiempo, amarillentas sus hojas, frágiles, con una caligrafía exquisita propia de los señores de su época, imperecedera. Textos con un romanti­cismo que nos transporta al Nervión de los años treinta, ricas sus páginas de datos, de vivencias, de momentos, de decisiones, de reuniones informa­les que luego se volvieron formales.

Muchas de las líneas que a continuación leerás están sacadas de sus pá­ginas. Te pueden resultar extrañas sus expresiones, pero para dar más sen­tido a este capítulo no he querido restar un ápice de su realismo, utilizando formas y expresiones de la época que enriquecen aún más si cabe el presen­te texto.

Recién bendecida la Parroquia de la Concepción Inmaculada, su por aquel entonces párroco, el Rvdo. D. Rafael Sánchez Molina, interesado en la fundación de una hermandad sacramental, (como base y principio de to­da obra de buen hacer y donde el Santísimo Sacramento fuera el punto cen­tral en sus vidas), invitó a un grupo de feligreses, activos importantes de la parroquia, a fomentar la vida intensa que ésta tenía.

Desde el púlpito y en las misas dominicales, hizo una llamada a los hombres de la feligresía (así lo recoge el libro de actas), a una reunión preliminar que tuvo lugar el domingo 23 de junio de 1929, a las cinco de la tarde en la colecturía parroquial. Bien por las altas temperaturas de las fechas o por la hora temprana de la cita, no asistieron todos los hombres que hubiera deseado el señor cura párroco. En esa primera toma de con­tacto, inicio de la que fuera posteriormente la Hermandad Sacramental, asistieron los señores Don Félix Vázquez Cano, Don José María Perales Jimeno, Don Ricardo Herrera, Don Luis Rodríguez Alcain, con la repre­sentación de sus hijos Don Luis y Don Manuel, Don Pedro Rivas Farfán y Don Manuel Rivas García.

La poca asistencia a la misma no desanimó a Don Rafael, resaltando a su comienzo que valía más la calidad que la cantidad. Les suplicó que pusie­ran todo su entusiasmo para la consecuencia de las ideas, muy seguro esta­ba que Dios con su infinita misericordia, allanaría todas las dificultades. Para tratar de infundirles a los presentes las intenciones que él tenía sobre lo que debía ser una hermandad sacramental, les leyó unos párrafos del Mensajero del Corazón de Jesús, las corrientes de la Iglesia de la época (no olvidemos que hablamos de los años treinta), resaltando la vida espiritual y el culto a la Eucaristía, haciéndola eje central en la vida de cada uno.

Queda comisionado el señor Don Félix Vázquez, a buscar unas reglas de hermandad sacramental que pudieran servir de estudio para aquellas que se intentaban establecer y darles forma. Cumpliendo el encargo en­comendado, el señor Vázquez facilitó las reglas de la hermandad sacra­mental del Sagrario y Santa Cruz, de esta ciudad de Sevilla. Después de ser estudiadas por el señor cura párroco, redactó un avance del proyecto de reglas. Como se demoraba mucho su lectura a los feligreses compro­metidos con su fundación, convocó una reunión a modo de urgencia en la noche del 27 de septiembre de 1929. Gran número de feligreses asistieron a dicha reunión con el único compromiso de ser caballeros, adoradores del Santísimo Sacramento. Don Rafael Sánchez tuvo a bien informar a los que iban por primera vez, del espíritu fundacional que debía tener la Hermandad Sacramental. Seguidamente procedió a dar lectura de su proyecto de reglas y fue aprobado por unanimidad. A petición suya, soli­citó a los allí presentes, fuera en la festividad de Cristo Rey del Universo que se celebrara una Función Solemne de constitución de la nueva Her­mandad Sacramental.

“El sacrificio eucarístico es fuente y cima de toda la vida cristiana” (Concilio Vaticano II)

En Cabildo General ordinario de fecha 25 de octubre de 1929, se consti­tuye la primera Junta de Gobierno, presidida por su Director Espiritual Don Rafael Sánchez Molina. Se queda en ese momento vacante el nombra­miento a Hermano Mayor al no estar entre los presentes el señor Don José Luis de Casso y Romero. Sí son nombrado los señores reseñados a conti­nuación:

  • Teniente de Hermano Mayor D. Diego Díaz Domínguez.
  • Mayordomo D. Rafael Rodríguez Gil.
  • Prioste D. José Pérez Bazo.
  • Secretario D. Manuel Rivas García.
  • Diputado 1º D. Félix Vázquez Cano.
  • Diputado 2º D. Antonio López Luque.
  • Diputado 3º D. Ricardo Herrera Toscano.
  • Diputado 4º D. Francisco Alfredo García Cubas.
  • Diputado 5º D. José Perales Martínez.
  • Diputado 6º D. Luis Rodríguez Pérez.
  • Diputado suplente 1º D. Alejandro García Valverde.
  • Diputado suplente 2º D. José Montoro Juan.
  • Diputado suplente 3º D. José Cabeza Aparicio.

El día 27 de octubre de 1929 (domingo), festividad de Cristo Rey del Universo, se celebra en la parroquia función solemne de constitución de la Hermandad Sacramental, procurándose revista la mayor solemnidad posi­ble y boato. En la Comunión general, todos los hermanos hicieron pública protestación de su fe y promesa de defender los benditos Misterios de la Asunción Gloriosa y Mediación universal de Nuestra Señora, acudiendo a la llamada del Señor todos los hermanos, las Hijas de María y bastantes fie­les. Gracias al trabajo incansable de Don José María Lobo Almazán, que ha realizado una ardua y minuciosa labor en la Hemeroteca Municipal, contamos con la crónica que hicieron los periódicos locales de la época, sobre tan solemne Función.

N.º 10447 Martes 29 de Octubre de 1929
Página 5 columna 4 Nueva Hermandad Sacramental
El domingo, festividad de Cristo Rey, fue un día imborrable para los feli­greses de la nueva parroquia de la Concepción.
Organizados por su digno y culto párroco don Rafael Sánchez Molina, venciendo no pocas dificultades por tratarse de una nueva parroquia, recien­temente creada y bendecida por nuestro eminentísimo y reverendísimo señor Cardenal, en el apartado barrio de Nervión, de esta capital, se celebraron so­lemnísimos cultos, donde Su divina Majestad de manifiesto, cantándose, a toda orquesta por nutrido coro, la misa propia del ritual del día.
El panegírico estuvo a cargo del señor Sánchez Molina. Providencialmen­te ha coincidido esta primera festividad religiosa en el grandioso y artístico templo consagrado a la Santísima Virgen en el misterio inefable de su Con­cepción purísima con la constitución de la Hermandad Sacramental de Caba­lleros congregantes de la Inmaculada, adoradores del Santísimo Sacramento.
Esta fervorosa hermandad, así como las Hijas de María, constituyen un brillante éxito, en poco tiempo obtenido, del celo incansable por la cura de al­mas del Señor Sánchez Molina, cuyo objetivo principal es que la nueva parro­quia sea en la dicha barriada la ocasión eficaz y el motivo eficiente del resur­gimiento de la vida cristiana.
El espectáculo ha sido emocionante y consolador, al ver acercarse a la sa­grada mesa eucarística tantos caballeros y jóvenes a recibir con el mayor fer­vor el Pan de los fuertes.
Seguidamente comulgaron muchos fieles y las Hijas de María. En el mo­mento oportuno subió al presbiterio la Hermandad Sacramental, presidida por su Director Espiritual el señor cura, y en manos del preste, asistido de los ministros, y sobre los Santos Evangelios, hicieron protestación de fe católica, y promesa de defender los misterios de la Asunción y Mediación de la Virgen, terminando los cultos con las letanías al Sagrado Corazón de Jesús y reserva del Santísimo. El templo se vio lleno de fieles.

Así, de esta manera tan peculiar, con todo lujo de detalles, recogía la prensa local de la época la función solemne de erección de la nueva Her­mandad Sacramental.

Todos los gastos fueron asumidos por la propia hermandad. El señor cura Párroco, desde el púlpito (ya desaparecido), que se encontraba a la iz­quierda de la nave central, entre los altares de la Cofradía del Sagrado Co­razón de Jesús y el altar de San José, demostró los derechos de todos los tí­tulos de Jesucristo a la realeza en el mundo e hizo ver que la hermandad, que celebraba en esa festividad su primera función solemne, no tenía otro objetivo que defender y extender dicho reinado, procurando de forma es­pecial, fuese en verdad dueño y señor de la feligresía, puesta al amparo de la Inmaculada Madre, como bien se entroniza en la fachada de la parroquia y le da nombre. La mayoría de las casas del barrio, desde las vísperas, lucían vistosas colgaduras en sus balcones.

Como acto de fe, la recién instituida Hermandad Sacramental, le fue lle­vado el Santo Viático (Extremaunción, sacramento de la eucaristía que se administra a las personas que están próximas a la muerte), a Don José Ma­ría Perales Gimeno, enfermo de gravedad de una bronco-neumonía, siendo acompañada Su Divina Majestad por toda la Hermandad y otros muchos fieles, resultando un paso por las calles del barrio, verdaderamente emo­cionante. En casa del hermano Don José María, su familia había preparado un adornado altar y las Hijas de María junto a otros señores y señoritas es­peraban a la comitiva con velas encendidas.

En un nuevo Cabildo General extraordinario de fecha 6 de noviembre de 1929, se nombra por unanimidad como Hermano Mayor a Don José Luis de Casso y Romero (fecha ingreso de hermano 25 de octubre de 1929 y do­micilio en la avenida de Eduardo Dato número 41), quien con frases de mo­destia, da las gracias a los asistentes al Cabildo por su nombramiento, y pro­mete poner toda su voluntad para el buen desempeño de su cargo. Igual­mente es aprobada una cuota fija de cinco pesetas para que se puedan ir sufragando los gastos que se vayan generando y colocar un cepillo en la Pa­rroquia para que hermanos y feligreses puedan aportar sus donativos.

“La Eucaristía debe ser el centro de nuestra vida” (Cfr F,61 San Francisco de Asís)

Todos los domingos primeros de cada mes, la Hermandad Sacramental ce­lebra Santa Misa a las 21:30 horas para que puedan asistir todos los herma­nos a la Comunión general. A su término, se establece una Hora Santa de diez a once de la noche. Un volante (Hoja informativa), era recibido men­sualmente por todos los hermanos en sus casas recordando los cultos, con objeto que ninguno se llevara a olvido la asis­tencia a los mismos.

Don José Luis Angioletti Almadana, hace notar la urgente necesidad de cuatro faroles para acompa­ñar al Santísimo Sacramento, siendo donados és­tos por Don Enrique Perales.

Es curioso resaltar, y gracias a que se conser­van algunos libros de hermanos, que en el censo de los hermanos estaba recogido por un lado los hermanos y por otro las hermanas. Algunos herma­nos a resaltar, el Iltmo. Don José Portillo y Varcácel, Marqués de Peca y Conde de Villanueva de la Barca, Don Miguel Camacho Guijarro (Hermano Mayor Ho­norario de nuestra querida Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús), el Rvdo. Padre Don Federico Pérez Estudillo, Don José Alberto Bedoya (director del Colegio del Buen Fin, hoy nues­tra Casa de Hermandad), y como último hermano de la Hermandad Sacra­mental recogido en actas fue el hermano Don José Pérez Chic.

Con fecha 8 de enero de 1939 y según Decreto del señor Cardenal Arzo­bispo Don Eustaquio Ilundain y Esteban (1920-1937), son aprobadas las Santas Reglas de la Hermandad Sacramental, acordándose ratificar los cargos de miembros de la Junta de Gobierno, oficializándolos el señor Car­denal para su aprobación por la Autoridad Eclesiástica, en cumplimiento del artículo 13 de las Reglas. Al estar erigida en la parroquia, los originales son depositados en sus archivos. Los señores Pérez Bazo e hijos, se ofrecen a la realización de una copia artísticas de ellas en papel y con viñetas. Una vez finalizadas éstas y debidamente encuadernadas serían enviadas a Pala­cio para que sean legalizadas y las conserve la Hermandad.

Anverso de una estampa devocional a la Inmaculada Concepción
Reverso de la estampa
“La Eucaristía tiene el puesto central en la Iglesia, porque es esta la que hace Iglesia” Papa Francisco
Inmaculada Concepción de Felipe de Ribas presidiendo el Altar mayor

Van transcurriendo los días, y se contempla la necesidad de contar con un palio de respeto, varas de mano, Estandarte y un Guión Sacramental. Para llevar a cabo su adquisición se crea una comisión con amplias facultades (Hermano Mayor, Mayordomo y Secretario), y son ellos los que se hacen cargo de los enseres.

Domingo 11 de mayo de 1930, primera Procesión de Impedidos por las calles de la feligresía de la Hermandad Sacramental a las nueve de la maña­na. En las vísperas de la procesión, una banda de cornetas y tambores anun­cia por las calles del recorrido la procesión como bando de la misma. A tra­vés de hojas informativas se invita a todos los hombres a que acompañen en la procesión, así como el adorno de las fachadas de las casas y su ilumi­nación. Como dato anecdótico se envía una nota de prensa a todos los pe­riódicos locales de la época, excepto al prohibido por la Autoridad Ecle­siástica.

El orden la procesión de impedidos fue el siguiente:

  • Fuerzas de la Guardia urbana.
  • Banda de cornetas y tambores.
  • Guión Sacramental.
  • Niños de los colegios de la Parroquia.
  • Cruz Parroquial.
  • Congregaciones Menores.
  • Feligreses.
  • Representación de la Hermandad Sacramental de San Roque.
  • Estandarte y varas de la representación de la Hermandad Sacramental de San Bernardo.
  • Presidencia compuesta por Don Enrique García de la Villa (Teniente Al­calde del Distrito, en representación del Excmo. señor Alcalde de la ciu­dad), llevando a su derecha al señor Hermano Mayor Don José Luis de Cas­so y Romero y a su izquierda Don Rafael Rodríguez Gil, Mayordomo de la misma.

A continuación, y bajo palio, cuyas varas fueron llevadas por los señores Don Jorge Parladé, (Marqués de Peña de los Enamorados, cónsul de Bélgi­ca), Don Agustín Pombo, Don Prudencio Arenas, Don Eulogio de las Heras, Don Enrique Perales y Don Antonio Alarcón Ordóñez. Era portada la Sa­grada Forma por el señor cura párroco D. Rafael Sánchez Molina.

Al Palio de respeto daba escolta la Guardia Civil y acompañaba la banda de música del Regimiento de Infantería número 9 y Regimiento de Infante­ría de Granada número 6 (la misma banda de música con dos denominacio­nes), dirigida por los señores Don Julián Sánchez Mayoral y Don Ruiz de los Paños. Iba acompañada la comitiva por un nutrido grupo de señoras de la feligresía y un buen número de coches de respeto.

Los caballeros que formaban en la procesión sobrepasaban el centenar. Niños de los colegios, Cruzada Eucarística, Hijas de María, etc., aproxima­damente en igual número. Ya de regreso y finalizada la Procesión de Impe­didos, se celebró una Eucaristía y fue oída por casi todos los asistentes y numerosos fieles, que daban un magnífico aspecto, una misa oficiada por el señor cura párroco, que con este culto ponía el broche de oro a la primera y brillantísima procesión.

Tras recibir la Hermandad Sacramental grandes muestras de elogio por la Procesión de Impedidos, en su organización y de buena compostura, se decide encargar 100 faroles y 25 más pequeños para niños, siendo costea­dos éstos por hermanos y feligreses. Son visados varios dibujos y bocetos y se otorga para su realización a Don José Rodríguez, sobre la base de uno de los dibujos con el precio de 8,25 pesetas cada uno.

“La Eucaristía y la Virgen son las dos columnas que deben sostener nuestra vida” (San Juan Bosco)

En el mes de mayo de 1930, el señor Cardenal celebra una Asamblea Euca­rística regional, la Hermandad forma parte de ella y asiste entre los días quince al diecisiete, así como al Pontifical y Magna Procesión del día 18 del mismo mes de mayo. En la procesión formaron en el cortejo junto a la que­rida y vecina Hermandad Sacramental de San Bernardo.

Cumpliendo con el artículo 38 de las Reglas, la Hermandad Sacramen­tal asiste con una nutrida representación por primera vez a la procesión del Corpus Christi, estrenándose en ella varas e insignias.

Como muy bien recoge el libro de actas, se reciben las nuevas reglas donadas por los señores Pérez Bazo y Pérez Chico, (en papel, han copia­do las reglas en correcta y bien escrita letra española, con elegante y muy adornados títulos e iniciales de principios de capítulos, a varias tintas, así como la portada. En el centro, dos láminas, una copia fotográ­fica a color de una bellísima Inmaculada de Murillo y la otra dibujada por completo por ellos con una custodia con fondo y colores que se ar­monizan con la otra lámina y ambas bellamente encuadernadas con inscripciones y alegorías a dichos misterios). Una primorosa y acabada obra de arte, que la hermandad mandó encuadernar como correspon­día, con pastas forradas en terciopelo y cantoneras y escudo según di­bujos de los citados hermanos.

Como bien se acordó en Cabildo de Oficiales, la copia de Reglas que se hiciese debían ser enviadas al Palacio Arzobispal para su legaliza­ción, visto el mérito de éstas, se ha creído conveniente solicitar al señor Cardenal, se digne estampar su firma al pie del decreto de erección, que también había sido copiado. El señor Cardenal después de alabar el tra­bajo artístico de las mismas, se digna en hacer una observación, sobre la conveniencia de dorar la parte de la custodia, a fin de que sea más real­zada su belleza y esplendor y prometió atender el ruego de la herman­dad, en la visita que entonces se les comunicó. En las noches del 18 y el 19 de julio de 1936, como bien veremos más adelante, el templo parro­quial fue atacado, destrozadas las puertas, arrancado el mármol del pa­vimento y quemadas por completo las imágenes de la Inmaculada Con­cepción del altar mayor atribuida al insigne imaginero Martínez Mon­tañés, procedente del Convento de Santa Justa y Rufina; así como la ta­lla del Cristo de la Sed, obra del escultor Don Antonio Illanes Rodrí­guez. Estos desgraciados sucesos, tristes y sin razón de ser, llevaron a la destrucción de todo el archivo parroquial y en su defecto al archivo de la Hermandad Sacramental, originando la pérdida de documentos, re­glas, libros de actas etc., motivo por el cual ha sido ardua la elaboración de este capítulo, al carecer del archivo documental que debió ser muy rico en información.

Novena a la Inmaculada en los años 30.
“La caridad de la Iglesia brota del Sacramento eucarístico” (P. Hernán Quijano)

La Hermandad Sacramental desde su fundación y gracias a la implica­ción de sus hermanos y devotos, va recibiendo el calor de la feligresía. Su Director Espiritual, Don Rafael Sánchez Molina, le expresa su satisfac­ción por lo bien que se están haciendo los actos y los cultos, la Procesión de Impedidos, así como a cuantos actos acude la hermandad corporativa­mente. Hizo mención de que algunos jóvenes de la hermandad habrían tomado a su cargo el auxiliarle con la labor de enseñar el Catecismo a los niños, en la barriada de Amate y que aunque esto lo realizaban de manera particular, él creía que ya esta actividad encuadraba perfectamente en el espíritu de la Hermandad Sacramental, debía dársele el carácter de obra de la misma, pues si antes no se había hecho así era debido a que los cita­dos jóvenes habían comenzado dicha labor por su personal iniciativa, a la que se le debía suponer deseo implícito de actuar siguiendo las directivas de las Santas Reglas.

Con fecha 10 de abril de 1931, el señor cura párroco informa a todos los oficiales a la Junta de Gobierno y a instancia del señor Cardenal Don Eusta­quio Ilundain, tras una visita, del propósito en breve que tiene en dedicar a Dios y consagrar solemnemente nuestro templo, para ello había que solici­tarlo por escrito por un grupo de feligreses junto con el párroco e invitando a la Junta de Gobierno se adhieran a la voluntad del señor Cardenal y fir­masen conjuntamente el citado escrito de petición. Advertía asimismo que los firmantes de la solicitud tendrían la obligación de ayunar salvo dispen­sa por una justa causa, la víspera del día que haya que celebrarse dicha ce­remonia.

En Cabildo de oficiales de fecha 3 de enero de 1932, se aprueba la reali­zación de un distintivo (medalla), para los hermanos que consistiría en un escudo de la Hermandad Sacramental, según dibujo del señor Pérez Bazo, con cordón blanco y amarillo oro y pasador celeste. Dicho distintivo debe ser costeada por cada hermano, teniendo la Hermandad a su disposición algunas de ellas para el ingreso de los nuevos hermanos. Deberán ser porta­das en todos los cultos que la hermandad celebre, así como actos corporati­vos, comuniones, procesiones etc. A propuesta del señor Hermano Mayor Don José Luis de Casso Romero, se solicita indulgencias a todos los herma­nos por el uso del distintivo (medalla) en los actos de la hermandad, así co­mo para la hora de su muerte.

“En la Eucaristía, Cristo nos bendice a cada uno de nosotros” (Juan Pablo II, Enciclica Ecclesia de Eucharistia)
Convocatoria de la novena a la Concepción Inmaculada de 1932.

Gracias a la donación de la Sra. viuda de Don Manuel Herrera y Herrera, se enriquece el patrimonio de la Hermandad con cuatro faroles funerarios de plata meneses. Dichos faroles serían adaptados y se les pondrían palos al estilo de las insignias que ya poseía la hermandad.

La Hermandad Sacramental, perteneciente a la Federación de Herman­dades, participa en el acto de la “Vela ante el Monumento”, de la Catedral de Sevilla el Jueves Santo de 1932, junto con la hermandad de San Benito, de 3.30 a 4 de la tarde. Para sufragar los gastos que este acto tiene, la her­mandad aporta un donativo de 25 pesetas.

En Cabildo de oficiales de 4 de junio de 1932 y como caso anecdótico, se da cuenta de la solicitud de ingreso como hermano de Don Miguel Lucena Ruiz de Hinestrosa, de 15 años de edad y con domicilio en el barrio de Ner­vión, calle 16, Villa San Miguel. Se acuerda tomar en consideración de dicha solicitud, dejando en suspenso resolver sobre la misma hasta que cumpla los 16 años de edad, que señalan nuestras Santas Reglas como condición necesa­ria para ser admitido como hermanos; y es así comunicado al interesado.

El señor Mayordomo traslada a los oficiales presentes al cabildo y a pe­tición del señor cura párroco, la necesidad de adquirir dos reclinatorios a fin de que en todos los actos de nuestra Parroquia, en que esté expuesto el Santísimo Sacramento, pueda haber habitualmente una pareja de herma­nos en Vela ante Nuestro Señor Sacramentado. Dos reclinatorios que servi­rían no solo para la “Vela del Jueves Santo” sino también para el Jubileo de las cuarenta horas, domingos del mes de mayo y de junio donde esté ex­puesta Su Divina Majestad.

Es en Cabildo General ordinario de fecha 4 de marzo de 1934, cuando toma la palabra el señor Hermano Mayor Don José Luis de Casso y Romero y expone la imposibilidad de seguir con su cargo por motivos profesiona­les, al tenerse que ausentar de Sevilla. El acuerdo de la Junta, a propuesta del Director Espiritual, de hacer constar el sentimiento de toda la Herman­dad por verse privada de tan digno y ferviente bienhechor a quien tanto debe esta corporación por todos los conceptos desde su fundación hasta la fecha actual, así como aprobar el acuerdo de ser nombrado Hermano Ma­yor Honorario. Atendiendo el Cabildo a las Reglas, pasa a ser Hermano Ma­yor el Teniente Hermano Mayor Don José Pérez Basso.

El Libro de Actas que se conserva de la Hermandad Sacramental refleja que en Cabildo General celebrado el día 5 de enero de 1936 se elige una nueva Junta de Gobierno siendo su Hermano Mayor Don José Luis Angie­lotti Almadana.

“La Eucaristía es sacrificio memorial de Jesucristo en la cruz” (Cardenal Joseph Ratzinger)

Desgraciadamente, como indicábamos anteriormente, la Guerra Civil hizo muchos estragos en el patrimonio documental de la Parroquia de la Concepción con la pérdida de todo su archivo, es por ello que nos encontra­mos muchas lagunas sobre sus cultos, sus actos, etc. En una entrevista rea­lizada por mí y publicada en nuestro boletín “Hermanos”, a Don Ricardo Lucena Ruiz de Hinestrosa, hermano de la Hermandad Sacramental y muy vinculado al Colegio San Miguel, nos contaba cómo ocurrieron los hechos ocurridos en la parroquia.

Con dos cubos de gasolina rociaron la puerta principal (que era un por­tón de madera de caoba); el párroco don Rafael Sánchez Molina, tuvo el tiempo suficiente, con la ropa telar, de ir hasta el Sagrario, que era precioso, consumió todas las formas, cogió el copón y se saltó por detrás que había una cochera de tranvía y entonces él empezó a pedir asilo y cobijo. Nadie se lo quería dar, hasta que llegó a Santo Domingo de la Calzada donde un alba­ñil, que no era religioso, le dio albergue. Ardieron los confesionarios, todos los bancos, con una palanqueta rompieron el Sagrario y se llevaron toda la solería de mármol. Nos indicaba el señor Lucena que en el altar mayor de la parroquia había una imagen de la Virgen Inmaculada a la que le echaron un lazo por el cuello, pegaron un tirón y la Virgen cayó al suelo y fue a parar al fuego junto a la imagen del Cristo de la Sed realizada por Don Antonio Illa­nes Rodríguez. Eran tan grandes las llamaradas de humo, que llegaron a ensuciar el escudo de María que hay en la parte superior del altar mayor.

Extraemos a continuación, y gracias a la aportación de Don José María Lobo Almazán, la crónica de la época (en este caso el diario ABC) sobre los desagravios a la Inmaculada Concepción, en la parroquia de Nervión.

Diario Abc de Sevilla
Miércoles 14 de Diciembre de 1938.
Página 19 columna 3. Sección religiosa.
“Desagravio a la Inmaculada en la parroquia de Nervión.
Como remate de la Novena a la Inmaculada, se celebrará en la parroquia de la Concepción, del barrio de Nervión, la grandiosa procesión de la Virgen María Inmaculada, que recorrerá las principales calles de Nervión y Ciudad Jardín el próximo domingo día 18 a las tres de la tarde.
Al regreso de la procesión, en la Gran Plaza de Nervión y en el mismo lugar donde fue quemada la Santísima Imagen de la Virgen, tendrá lugar un acto de desagravio, al que ha sido invitadas todas las Hermandades de la capital, tan­to de penitencia, gloria y sacramentales, como asimismo las Comunidades religiosas y autoridades de la ciudad.

“Nadie participa de esta Carne sin antes adorarla”. (San Agustín)
La Concepción Inmaculada presidiendo el altar mayor

A partir de aquí, cuando se pierden la práctica totalidad de los archivos documentales de la Hermandad Sacramental, teniendo conocimiento que se siguieron celebrando procesiones de impedidos por las calles de la feli­gresía, participando de ellas gran número de fieles que formaban parte del cortejo. Las calles y las casas eran engalanadas al paso del Santísimo Sacramento que iba bajo palio, colocándose macetas al paso de la comitiva para darle mayor realce a la procesión.

Gracias a que la hermandad sí cuenta con el libro de cuentas de esos años, podemos referenciar algunos ingresos y gastos que vienen a reflejar su vida durante esas fechas. Hay constancia de que en la Procesión de Im­pedidos del mes de mayo de 1937 se gastó por la banda de música 200 pese­tas. Que en 1942 la hermandad se abona una factura de la Compañía Sevi­llana de Electricidad por fluido para la Novena a la Inmaculada por impor­te de 26,10 pesetas. En 1942, la banda de cornetas y tambores de Intenden­cia cobra por asistir a la Procesión de Impedidos la cantidad de 150 pesetas y se le obsequia con una gratificación de 35 pesetas. Como muy bien podéis apreciar en la recordatoria de cultos de 1947, se anuncia la Solemne Novena a la Inmaculada Concepción del día 29 de noviembre al 7 de diciembre y hace mención que en su último día será bendecido el simpecado que será estrenado en la procesión del Santísimo. Con motivo de la festividad inma­culista, se celebraba un Rosario Público y Salve en las vísperas a su Solem­nidad (12 de la noche).

Como dato anecdótico, reseñar que en 1945 se refleja en el libro de cuentas la gratificación a los señores barrenderos de 25 pesetas y a la banda de música de 375 pesetas. En 1949 hay unos gastos en la Procesión de Impe­didos del portador del Guión Sacramental de diez pesetas, factura de in­cienso de cincuenta pesetas.

Es en 1953, cuando la Banda del Regimiento de Soria 9 acompaña a la procesión; se le abona por sus servicios la cantidad de 1.250 pesetas. A mo­do de curiosidad, la Hermandad Sacramental tiene un gasto por derechos de autor de 62,50 pesetas. Ese mismo año la Banda de Cornetas y Tambores de la Centuria Romana Macarena acompaña también y se le abona la canti­dad de 400 pesetas. Desde 1959 hasta 1963 es la banda de música del Maes­tro Tejera la que acompaña la Procesión de Impedidos por un importe de 3.100 pesetas. Durante los años sucesivos el Libro de Cuentas no refleja que se celebrara la Procesión de Impedidos hasta 1969 en que vuelve a ser la banda de música del Maestro Tejera la que acompaña el cortejo cobrando el importe de 5.200 pesetas.

Calles engalanadas al paso del Santísimo y procesión eucarística en los años noventa
Anverso y reverso de una convocatoria de cultos a la Inmaculada en 1947.
“Al imperio de las palabras: ‘Esto es mi cuerpo’, el pan se transustancia en el cuerpo de Cristo, que confiere la unción de una doble riqueza a aquel que lo recibe dignamente: mitigas las tentaciones y suscita la devoción” (San Antonio)

Durante los años 1970, 1971 y 1972 no se celebra ninguna procesión. Con fecha 16 de julio de 1972, la Autoridad Eclesiástica aprueba la fusión de la Hermandad Sacramental de la Concepción con la Hermandad del Santísi­mo Cristo de la Sed debiendo desarrollar nuevas Reglas, las cuales son aprobadas el 3 de octubre de 1978.

La hermandad instala el 6 de junio de 1985 un altar en la calle Placenti­nes con la Imagen de Nuestra Señora del Carmen de la Parroquia, obra del insigne imaginero Don Rafael Barbero, con motivo de la celebración del Corpus Christi. Dicho altar es bendecido por S.E.R. Don Carlos Amigo Va­llejo, OFM, Arzobispo de Sevilla.

El día 30 de mayo de 1991 se incorpora a los cultos de la hermandad tri­duo y función solemne en la Solemnidad del Corpus Christi. La Herman­dad, siendo Sacramental y en aras de dar Mayor Gloria a Jesús Sacramenta­do, decide el día 17 de octubre de 1997 encargar a los hermanos Manuel, Francisco y Federico Caballero González una custodia en madera de Cedro Real. Va compuesta de una parihuela en madera de pino de Flandes y alza­da en tres cuerpos diferenciados. En el primero de ellos un banquillo con ingletes y pilastras para soporte de dieciséis columnas, ocho estípites y ocho corintias, una cornisa alta con molduras e ingletes y cuatro arcos, uno a cada cara. Podemos ver como este primer cuerpo alberga en su interior una imagen de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, obra del insigne imaginero Don Rafael Carmona en 2003.

En su segundo cuerpo, con ocho columnas estípites, con una cornisa al­ta y molduras de vuelta. Este segundo cuerpo alberga al Santísimo Sacra­mento en su interior y ocho apóstoles en su exterior.

Y en un tercer y último cuerpo, con molduras e ingletes, en su parte alta y baja, con pilastras fondeadas, rematada con una cúpula a ocho caras. Y en la parte más alta, una imagen representativa de la Fe. El domingo día 14 de junio de 1998 procesiona por primera vez por las calles de la feligresía.

Cultos al Santísimo en los años noventa
Custodia tallada en madera de cedro por los hermanos Caballero
“El que come de Mi carne y bebe de Mi sangre, tiene vida eterna, y Yo le resucitaré en el último día”

Por segunda vez la hermandad instala, el día 23 de junio de 2011, un altar con la imagen de la Inmaculada Concepción, del círculo de Martínez Mon­tañés que presidió el altar mayor de nuestra sede canónica entre 1937 y 2005 en la calle Argote de Molina durante la procesión del Corpus Christi que organiza la S.I. Catedral, obteniendo el segundo premio de altares del Ayuntamiento de Sevilla.

La Hermandad vuelve a instalar un altar en la misma calle Argote de Molina, el 7 de junio de 2012, con la imagen de San Juan de Dios con motivo de la celebración del Corpus Christi, obteniendo el primer premio de alta­res del Ayuntamiento.

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, Titular de nuestra querida Cofradía de Gloria, que celebraba el LXXV de su fundación, preside el quinto altar instalado por nuestra hermandad con motivo de la celebración del Corpus Christi el día 4 de junio de 2015.

Con motivo del Cincuentenario de la proclamación de María Madre de la Iglesia por S.S. el Papa Pablo VI, es instalado un altar para el Corpus Christi el día 19 de junio de 2016 con un majestuoso cuadro a tamaño natu­ral de Santa María de Consolación, Madre de la Iglesia, pintado y donado por Don Octavio Fernández González junto a la custodia de nuestra her­mandad.

AGRADECIMIENTOS

Muchas horas de estudio, de investi­gación en la Hemeroteca Municipal, en el Archivo del Palacio Arzobispal de Sevilla, en el Archivo Parroquial de la Concepción, agradeciéndole a su Pá­rroco Don Ángel Sánchez Solís las muestras de colaboración para el pre­sente capítulo. A mi querida Hermandad de la Sed por permitirme colabo­rar en este libro sobre su cincuente­nario, aportando una humilde colabo­ración sobre la Sacramental. A Don José María Lobo Almazán, por su cola­boración aportando toda la informa­ción que disponía sobre el tema trata­do. Y de una manera especial a nuestro fundador Don Juan Antonio Cue­vas Muñoz, por ofrecerme sus conoci­mientos sobre la Hermandad Sacra­mental que a buen seguro han contri­buido para enriquecer el presente ca­pítulo.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS
  • Libro de Actas Hermandad Sacramental.
  • Libro de Cuentas Hermandad Sacramental.
  • Archivo Hermandad Stmo. Xto. de la Sed.
  • Efemérides de la Hermandad por D. Miguel Villalba Calderón.
  • Libro Parroquias de Sevilla. Santiago Montoto (1981).
  • Trabajo de Hemeroteca de D. José María Lobo Almazán.
  • Hemeroteca Municipal de Sevilla.
  • Fototeca Municipal de Sevilla.
  • Archivo Palacio Arzobispal.
  • Archivo Parroquial de la Concepción Inmaculada.
  • Boletines “Hermanos” editados por la Hermandad.
Scroll al inicio
Ir al contenido