Tenemos todos en la memoria muchas imágenes de la Fundación de la Hermandad, de los hermanos que con tanta ilusión levantaron una Cofradía en la lejana barriada de Nervión. Además hemos visto fotos en la Casa Hermandad que recogen unos inicios sencillos, sobrios y llenos de ilusión cofrade.
Esas primeras fotos recogen momentos que quedarán en la historia del barrio: la primera foto de la Virgen, la bendición por D. Manuel Calero, el día de la aprobación de las primeras Reglas, el primero Rosario de la Aurora comandado por el Padre Javierre, la misa en el Colegio Juan Nepomuceno…
{rsg2_display:»slideshow_parth»,58}
Cuarenta años después hemos visto esas fotos de nuevo, con una ilusión renovada en los niños del barrio, …como hace cuarenta años. Muchos son los detalles que lo manifiestan.
La Hermandad celebró Rosario Vespertino con la imagen de Santa María de Consolación Madre de la Iglesia y la Virgen llevaba el mismo manto con el que recorrió las calles de Nervión por primera vez hace ya cuaranta años. El manto, restaurado por el Taller de Bordado de la Hermandad, por su sencillez le daba a la Virgen una luz especial que encandiló a los vecinos del barrio, que en gran número la acompañaron en la celebración del Rosario.
Además, si vemos las fotos de aquellos días, todos eran niños y jóvenes (no más de veinte años la mayoría) que arrastrados por la magia de Ella, empezaban a querer acompañarla en las visitas a los vecinos del Barrio de Nervión, al igual que lo hacen los chavales de la Cruz de Mayo que prácticamente la llevaron durante todo el Rosario.
Acompañados con maestría por el coro de las Comunidades Neocatecumenales de la Parroquia, la Virgen recorrió las calles del barrio, realizando en primera lugar la visita a sus madrinas, las hermanas del Colegio de la Sagrada Familia de Urgel. Gran cantidad de alumnos y profesores esperaban la llegada de la Virgen con ilusión. En el interior del patio de entrada del Colegio, la Hermandad tuvo una calurosa acogida, siendo un momento de gran ilusión para todos. La madre Lola, superiora de la Comunidad realizó la llamada final a las andas, en un momento lleno de nostalgia que esperamos se repita pronto.
Conducida por un gran número de hermanas y, especialmente por los jóvenes costaleros de la Cruz de Mayo, seguimos rezando el Rosario, hasta llegar al Colegio Juan Nepomuceno, donde se rezaron las letanías. Muchos antiguos alumnos, la comunidad educativa y numerosos fieles acompañaron a la Virgen ya en el Colegio. Tras la maniobra de recogida de las andas, la Virgen quedó a la veneración de los fieles y con la ilusión y el anhelo de un colegio y un barrio entero que iban a poder venerar a la Reina de Nervión durante los primeros días del curso escolar.
