
Desde bien temprano, en las distintas misas del día los hermanos y fieles fueron acercándose al paso de la Virgen del Rosario para admirar la belleza de sus ojos verdes. Magníficamente vestida con el manto blanco de Santa María de Consolación Madre de la Iglesia, con su toca de sobremanto y con un tocado de nuestra Virgen, los fieles de Nervión rezaron ante Ella durante toda la mañana.
En la misa de la una de la tarde nos unimos ambas corporaciones en la participación en la Eucaristía, siendo presidida por los directores espirituales de ambas corporaciones, y en la que nos acompañó D. Claudio Espejo, Delegado del Lunes Santo del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla. Durante la misma actuó el coro de la Hermandad de Jesús Cautivo y Rescatado, que volvió a deleitarnos con el canto de entrada dedicado al Hermanamiento entre ambas corporaciones. Durante la misma D. Ángel, nuestro Director Espiritual, profundizó en la devoción a la Virgen del Pilar, ya que era el día de la Festividad Nacional.
Ya por la tarde la Parroquia se fue llenando de hermanos, fieles y devotos de ambas corporaciones que llegaban con la incertidumbre de conocer las predicciones meteorológicas. La Hermandad de San Pablo, ante la inestabilidad existente, decidió salir a las siete de la tarde, tras la misa de seis y media de la parroquia.
En ese momento el Sol decidió salir a ver a la Virgen del Rosario, al escuchar las marchas de Cornetas y Tambores de la Banda de San Juan Evangelista, y eso hizo que el Barrio de Nervión se mostrara impaciente para ver los ojos verdes de la Reina de San Pablo.
Mientras, antes de la salida, en el interior del templo, la Virgen del Rosario se despedía del Cristo de la Sed y de Santa María de Consolación Madre de la Iglesia, volviéndose para decirle adiós, con sus ojos verdes, a nuestros Titulares. Para todos fue un momento de alegría al estar la Virgen más cerca que nunca de las devociones de Nervión.
Ya en la calle Doña Juan de Castilla los vecinos se volcaron con la Virgen, lanzándose desde al menos seis viviendas pétalos de flores para que rodearan a la Señora. Igualmente varios vecinos lanzaron cohetes de salvas a la Virgen del Rosario.
Ya en la esquina de Doña Juan de Castilla con Alejandro Collantes, Ella se quiso despedir de los vecinos volviendo su mirada a la calle y agradeciendo el cariño con el que se habían volcados los vecinos y el barrio de Nervión.
Las calles Alejandro Collantes y Marqués de Nervión sirvieron para que el barrio pudiera seguir disfrutando de la presencia de nuestra querida Hermandad de San Pablo, que continuó su caminar para volver a su casa de la Parroquia de San Ignacio de Loyola.
La Junta de Gobierno quiere agradecer a todos los Hermanos que han puesto su trabajo y su ilusión al servicio de la Hermandad para que la Hermandad de San Pablo se sintiera como en su casa, deseando que todos nos volvamos a ver el próximo 6 de marzo donde realmente se certificará algo que ya es una realidad desde hace muchos años: que somos HERMANOS.