Muchas veces nos hemos fijado en Santa María de Consolación, cuando hace su estación de penitencia cada Miércoles Santo. La vemos tan guapa a nuestra Niña que todo lo demás lo apartamos de la vista. Sus ojos, su mirada, su pelo, su belleza todo tan infinito. Pero no reparamos muchas veces en el resto. Sobre su cabeza una corona, reina ella del cielo. Pero ¿qué sabemos de esta corona?
En 1995, un grupo de hermanos, tiene el proyecto de a través de donativos bien personales bien de comercios del barrio, de donar a Santa María de Consolación una corona de plata dorada, de traza muy parecida a la que actualmente poseía en esa fecha (obra de Jesús Domínguez de 1970 y enriquecida por joyería Palomo).
En contacto con la Hermandad, se inserta en el boletín nº78 de Febrero de 1996. una nota donde informan de ello a los hermanos y devotos, pidiendo sobre todo «que colaboren con los que forman la comisión pro-corona a fin de que nuestra Titular pueda lucirla lo antes posible». Al respecto de esta nota, la Junta de Gobierno hace constar que «se pone en conocimiento de todos los hermanos que a pesar de que ningún miembro de esta Junta, ni tal Junta corporativamente forma parte de dicha comisión, si queremos agradecer a los componentes de la misma los desvelos que tienen para con su hermandad, haciendo saber, que tienen toda la infraestructura de la misma, a su disposición, para la consecución de tal proyecto».
Un mes mas tarde, el Viernes de Dolores, 29 de Marzo, tuvo lugar el culto mensual de la Hermandad, como se indica en nuestras reglas. Al finalizar la Misa, que se celebró en el Altar Mayor, se hizo entrega de esta nueva corona sobredorada, obra póstuma del orfebre D. Jesús Domínguez padre, a Santa María de Consolación, que estaba ubicada a nivel del suelo en el altar.
Los padrinos del acto fueron el antiguo Hermano Mayor D. Manuel Rojas González y su Sra. Dña. María Valle Pérez.
En referencia a las aportaciones por parte de los vecinos, esta superó las expectativas iniciales. Una de las donaciones la llevaron a cabo el director, funcionarios y presos, de la por aquella época vecina del Barrio, cárcel Sevilla 1.
De la cantidad recaudada, la mitad se destinó a pagar la hechura de la corona y el otro cincuenta por ciento, se destinó a obras asistenciales.
Es pues esta corona, no sólo la corona del amor del barrio a su Bendita Madre, sino también la corona del amor de Ella con el barrio.