Hermandad de la Sed

Recibimiento Parroquia San Juan de Ribera

Con las bellas palabras que se reseñan a continuación fue recibida por el Señor Cura Párroco
y la Comunidad Parroquial de San Juan de Ribera del Polígono de San Pablo nuestra Madre de
Consolación en la mañana del Domingo de 14 de Septiembre.

Nuestra Hermandad quiere agradecer a su Párroco y a toda la Parroquia el recibimiento tan emotivo
y pedimos a nuestra Virgen les conceda todas sus súplicas.  

 Al recibir, en la mañana del Domingo 14 de Septiembre de 2008, a las puertas de nuestra Iglesia Parroquial de San Juan de Ribera, la imagen de Santa María de Consolación, Madre de la Iglesia, de la Hospitalaria Hermandad de Congregantes de la Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen María y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Sed, la Comunidad quiere poner a sus pies, el trabajo, las luchas, las alegrías y las penas de todos los hombres y mujetes de nuestros barrios del Polígono de San Pablo.

Te pedimos, Señora, que acojas las necesidades de los miembros de nuestra Parroquia y la de todos los vecinos de nuestro barrio. Tu, que eres Madre de la Iglesia, haznos hijos dignos de ella; que el Evangelio sea nuestra luz, los Sacramentos experiencias del amor y misericordia de Dios, la Parroquia escuela de fraternidad, la caridad norma de vida. Que en la Iglesia de tu hijo Jesucristo, sean los preferidos los que viven sin dignidad, los oprimidos, las víctimas de la injusticia, los hundidos en la desesperanza.

Santa María de Consolación, haznos sentir tu amor maternal en nuestras familias. Que podamos hacer de nuestros hogares casa y escuela de amor, de solidaridad y generosidad, de atención a los mas pequeños, de acogida a todos. En tus manos ponemos el amor de los esposos. Que nuestros niños y jóvenes puedan crecer en un mundo en paz, donde se valore a las persona por lo que son.

En tu dolor acoge y consuela el dolor de nuestros enfermos y ancianos, el dolor de los que están solos y abandonados, el dolor de los que viven deprimidos y desalentados.

Que como Tú, María, sepamos acompañar el dolor de quienes sufren y encontremos en nuestro camino la alegría de Jesucristo Resucitado.

Amén.

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