Querido don Ángel, cura – párroco y Director Espiritual, de nuestras Hermandades, de la Sed y el Sagrado Corazón de Jesús.
Iltmo. Sr. Presidente, y miembros del Consejo General, de Hermandades y Cofradías, de la Ciudad de Sevilla
Sr. Hermano Mayor, Junta de Gobierno, y Hermanos de la Hermandad Sacramental del Stmo. Cristo de la Sed
Hermanos Mayores y miembros de Juntas de Gobierno, medios de comunicación, señoras y señores.
Deseo que mis primeras palabras, sean en recuerdo y admiración, a nuestro Delegado de Hermandades del Miércoles Santo, don Engelberto Salazar, a los Cuarenta días de, “ su tránsito para el cielo “, utilizando así las palabras que Su Santidad el Papa Juan Pablo Segundo, pronunció en Sevilla, el Cinco de Noviembre de Mil Novecientos Ochenta y Dos en la Beatificación de Sor Ángela de la Cruz. Engelberto en su servicio solícito a ésta Hermandad, la atendió en todo lo que se le pedía, de carácter amable, siempre ayudó en aquello que le solicitamos. Que Dios le conceda a su alma el descanso en Su presencia.
Precisamente la presencia de Dios en el Pan Eucarístico, es lo que celebramos en la Solemnidad del Corpus Christi, Pan bajado del Cielo, para alimentarnos, en la fe que profesamos; Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de la Persona de Jesús, que por sus palabras en la última Cena y por el poder concedido a los discípulos y sus sucesores, presbíteros y obispos, se hace presente en todas las Eucaristías del mundo y es guardado en los Sagrarios para Su adoración.
Hoy, Jueves siguiente al Domingo de Pentecostés, la Iglesia celebra la Fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, precisamente cuando la ciudad se va preparando. Por las esquinas van naciendo pequeños altares y, poco a poco, el ambiente destila el característico olor a romero. El paseo de la noche anterior al día del Corpus, no es más que la vivencia de la víspera, de esa víspera callejera en la que todas las familias, al completo, caminan por las calles, para admirar los altares y escaparates, que compiten por ser los más bellos y conseguidos, y procuramos no perdernos, ni un solo detalle, ni una sola imagen, ni un solo sonido… ¡Que catequesis más bella!.
“Gloria a Cristo Jesús”, cantarán los seises; Sevilla se llena de una luz esplendente, cuando el Cuerpo de Cristo sale a la calle en primavera, Dios está en ella y la ciudad se hace tabernáculo, de su presencia Divina, y pasará con los símbolos de Sevilla, con los obispos santos, con las fieles alfareras, con el Santo Rey… y con el niño Jesús.
Ahora nos encontramos en el tiempo de la víspera, en esa dulce espera, del mejor regalo que Dios nos hace con su presencia junto a nosotros, en la ciudad y en sus collaciones, llenándolos del aroma de las flores y del incienso, sobre alfombras de juncias, uva temprana y pan dorado, Alabado sea Jesús Sacramentado, sea por siempre Bendito y Alabado, escucharemos por doquier.
La Eucaristía es luz en la Palabra de Dios constantemente proclamada, en el pan y en el vino convertidos en Cuerpo y Sangre de Cristo, es precisamente Él, el Señor Resucitado, quien abre la mente y el Corazón y se deja reconocer, como sucedió a los dos discípulos de Emaús «al partir el pan». Revivimos el sacrificio de la Cruz, experimentamos el amor infinito de Dios y sentimos la llamada a difundir la luz de Cristo entre las personas de nuestro tiempo.
El sacramento de la Eucaristía, por ser don que Jesucristo hace de sí mismo a los suyos – tomad, es mi cuerpo; tomad, es mi sangre -, por ser sacramento del amor infinito que Dios tiene por cada hombre, o, si prefieren, por ser revelación y comunicación de amor tan admirable, como Sacramento de la caridad. Al situar la Santísima Eucaristía en el orden de las realidades sacramentales, en el marco de la revelación del amor de Dios a los hombres, la situamos en el ámbito de la fe: Lo que vemos, remite, haciéndolo presente, a lo que creemos; lo que vemos significa lo que creemos; en lo que vemos, se nos comunica aquel a quien creemos, en quien creemos, por quien creemos.
Todo este obsequio de Dios Padre y Espíritu a la humanidad: el Cristo Eucarístico se nos presenta en Sevilla en sus Hermandades Sacramentales, cincuenta y cinco, repartidas por toda la Ciudad, eligiendo, como sin pensarlo, a la Pontificia e Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento del Sagrario de la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Sede y de su venerable tradición que afirma que la Hermandad Sacramental del Sagrario de la Catedral fue fundada por Doña Teresa Enríquez, «La Loca del Sacramento», en 1511, año en que llegó a Sevilla como integrante del séquito del Rey Fernando el Católico y de su segunda esposa, Germana de Foix, traía consigo, la famosa Bula, Pastoris Aeternis, expedida en Roma, el 21 de agosto de 1508 por el Papa Julio II, concediendo indultos, y especiales privilegios, para las cofradías eucarísticas, que se iban instituyendo, bajo el patrocinio de tan noble Dama en todos los reinos españoles. Quinientos años de Historia de Fundaciones, procesiones de impedidos, cultos solemnes, llenando la ciudad de devoción y fe. Hermandades Sacramentales del Sagrario, la Magdalena, San Gil, San Ildefonso, San Pedro y Divino Redentor, que continúan esta labor silente y maravillosa de enseñar a Dios Eucaristía. Hermandades fusionadas que igualmente organizamos, cultos solemnes y continuos, al cabo del año.
El Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla, en 1997 decidió, con acierto evidente, el iniciar la edición de carteles de las Hermandades de Gloria y Mayo Mariano, sin interrupción hasta éste año; éste, sacramental, de Mayo o Junio Eucarístico, que no se editó en 1998 y 1999; y el de “ El día de la Virgen “ en honor a nuestra Excelsa Patrona Nuestra Señora de los Reyes Coronada.
En los nueve carteles anteriores hemos podido contemplar, entre otras custodias, la de San Ildefonso, San Isidoro, San Julián o Cerro del Águila. De ellos ocho han sido fotografías, cinco años del equipo Fernando Salazar – Ángel Bajuelo, dos de Rafael Alcázar Otero y uno de Juan Manuel Bermúdez Requena. El año 2005 fue una pintura conmemorativa del “ Año de la Eucaristía “ obra de Fernando Aguado Hernández.
Éste año la Junta Superior, se decidió, un año más, por una fotografía del equipo Fernando Salazar – Ángel Bajuelo, donde vemos la Custodia Sacramental de nuestra Hermandad del Cristo de la Sed. La Custodia fue contratada el 17 de Octubre de 1997 con los hermanos Manuel, Francisco y Federico Caballero González, Custodia Procesional en madera de Cedro Real, compuesta de una parihuela en madera de Pino Flandes, va realizada en tres cuerpos; en el primero un banquillo con ingletes y pilastras para soporte de dieciséis columnas, ocho estípites y ocho corintias, una cornisa alta con molduras e ingletes y cuatro arcos, uno a cada cara, podemos ver, como este primer cuerpo alberga en su interior una imagen de la Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen María. Un segundo cuerpo, con ocho columnas estípites, con una cornisa alta, con ingletes y molduras de vuelta. Éste cuerpo alberga al Santísimo Sacramento en su interior y ocho apóstoles en su exterior. Y un tercer y último cuerpo, con molduras e ingletes, en su parte alta y baja con pilastras fondeadas, rematada con una cúpula a ocho caras y, en la parte más alta, una imagen representativa de la Fe. Se puede considerar la custodia como una auténtica filigrana en madera. La fotografía es del año 2007, cuando salió sobre el paso de Santa María de Consolación Madre de la Iglesia, y perfectamente enmarcada la custodia, con una casa, de reciente construcción, esquina de Cristo de la Sed con Beatriz de Suabia.
Como Secretario Primero de la Hermandad y en nombre de toda la Junta de Gobierno y Hermanos no puedo dejar de agradecer a la Junta Superior del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla su decisión, siendo un honor para nosotros que dicho Cartel se difunda por toda nuestra Ciudad.
Me gustaría terminar con las palabras de Su Santidad el Papa Benedicto XVI en la Solemnidad del Corpus Christi del año 2006 en la Archibasílica Mayor Lateranense Catedral de Roma, cuando afirmó que la Eucaristía es el acontecimiento central del mundo y de cada persona, la homilía, cargada de conceptos teológicos y simbólicos, recordó que la historia de Dios con los hombres está recogida en las palabras con la cual Jesús instituyó la Eucaristía en el Cenáculo. A través de los signos del pan y el vino Dios se dona completamente al hombre. El pan es el fruto de la unión de muchos granos. También los cristianos, de los muchos que somos debemos convertirnos en un solo cuerpo. Concluyó el Papa dirigiéndose a Cristo Eucaristía: “ ¡Guíanos por los caminos de nuestra Historia ! ¡ Vuelve a mostrar a la Iglesia y a sus pastores siempre de nuevo el camino justo !. Mira a la humanidad que sufre, que vaga insegura entre tantos interrogantes; mira el hambre física y psíquica que le atormenta !. Da a los hombres el pan para el cuerpo y para el alma. Dales trabajo. Dales luz. Dales a ti mismo. Purifícanos y santifícanos a todos nosotros. Haznos comprender que sólo a través de la participación en tu Pasión, a través del sí a la cruz, a la renuncia, a las purificaciones que tú nos impones, nuestra vida puede madurar y alcanzar su auténtico cumplimiento. Reúnenos desde todos los confines de la tierra. Une a tu Iglesia, une a la humanidad lacerada. Danos tu salvación.
Una vez más, en nombre de ésta Hermandad Sacramental, gracias a todos por vuestra asistencia.
Sevilla, 15 de Mayo de 2008 Festividad de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote Festividad de San Isidro Labrador
Miguel Villalba Calderón Secretario Primero