El pasado Domingo 21 de Noviembre a las 10:30h tuvo lugar, con motivo de las Jornadas Juveniles que el Grupo Joven ha organizado, una nueva visita. En esta ocasión fue a Los Reales Alcázares de Sevilla en el que hermanos/as y devotos de la hermandad asistieron acompañados por el Guía Fran Rubio quién nos explicó con todo lujo de detalles la historia que encierra este gran monumento sevillano.
Luis Javier Manzanero López (Coordinador del Grupo Joven y Diputado de Priostía).
Los Reales Alcázares son un conjunto de edificios palaciegos, situados en nuestra ciudad, cuya construcción se inició en la Alta Edad Media, donde se superponen múltiples estilos, desde el arte islámico hasta el mudéjar y el gótico del periodo posterior a la conquista de la ciudad por las tropas castellanas hasta el renacentista y barroco de posteriores reformas. El recinto ha sido habitualmente utilizado como lugar de alojamiento de los miembros de la Casa Real Española y de jefes de Estado de visita en la ciudad de Sevilla. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad, junto a la Catedral y el Archivo de Indias en el año 1987.
La fortificación original se construyó sobre un antiguo asentamiento romano y más tarde visigodo. Empezó a tomar su aspecto de fortificación palaciega, tras la conquista de Sevilla, en 712 por los árabes. En el año 884 la fortaleza contribuyó a evitar una invasión vikinga de la ciudad.
Desde su construcción inicial árabe, el conjunto incluía varios recintos, viviendas que en el siglo IX iban desde la Plaza del Triunfo hasta el Barrio de Santa Cruz. El primitivo palacio islámico se amplió con la vivienda de los emires en el siglo XI, también en el siglo XII se siguió fortificando y añadiéndole estancias, un siglo después los almohades sumaron más patios y palacios. Actualmente solo se conserva restos del antiguo Palacio Islámico.
Tras la toma de la ciudad por el rey Fernando III en 1248, se convirtió en alojamiento real, su hijo Alfonso X el Sabio llevó a cabo las primeras reformas tras la conquista, ordenando en 1254 la construcción de tres grandes salones en estilo gótico. Posteriormente en 1364, Pedro I de Castilla decidió construir el denominado Palacio Mudéjar, que se convirtió en el primer palacio de un rey castellano que no estaba protegido tras los muros y defensas de un castillo, y alcanzando el aspecto mudéjar que hoy conserva y que aún asombra por su riqueza y ornamentación. En 1366 cuando estuvo terminado el nuevo palacio, comenzó una guerra civil que enfrentó a Pedro I con su hermanastro Enrique II, y que terminaría con la muerte de Don Pedro en 1369, por lo que no parece que el rey Pedro, pudiera disfrutar el nuevo palacio por mucho tiempo. El Palacio de Pedro I es considerado el más completo ejemplo de la arquitectura mudéjar en España.
Nuestra visita comenzó por La Puerta del León, llamada antiguamente puerta de la montería, por servir de entrada o zaguán al patio de dicho nombre. Su construcción está realizada en estilo almohade, cubierta por un panel de azulejos realizado en cerámica trianera de la fábrica de Mensaque, en el año 1894, según proyecto del historiador José Gestoso.
Cruzada la muralla árabe del siglo XII, se accede al Patio del León. A la izquierda de este patio se encuentra la Sala de la Justicia y al fondo se abre un conjunto de tres arcos en una muralla, resto de un antiguo lienzo almohade que formaba parte del entramado defensivo del Alcázar. Estas aperturas fueron realizada, con posterioridad a la construcción del Palacio del rey don Pedro. Los dos arcos laterales son gemelos y fueron primitivamente de forma de herradura, el central, de mayor altura, conforma un arco de medio punto peraltado, realizado en piedra. Traspasados los arcos se accede al Patio de la Montería.
Seguidamente pudimos contemplar La Sala de la Justicia también denominada sala de los Consejos, formaba parte del primitivo palacio musulmán, este palacio era el denominado mexuar, donde se reunía el consejo de visires, labor que continuó bajo la monarquía cristiana. Es una estancia de planta cuadrada cubierta por una armadura de madera mudéjar, que fue construida en el siglo XIV durante el reinado de Alfonso XI. Aneja a la misma se encuentra el Patio del Yeso, una de las pocas construcciones que permanecen de la época almohade que presenta una alberca en el centro y destacan los arcos porticados de uno de los lados del patio, sobre los que aparece una rica decoración.
Admiramos el Patio de la Montería que como su nombre indica se debe a los monteros que acompañaban al rey en sus partidas de caza. El patio está presidido en la zona central por la fachada del palacio mudéjar del rey Pedro I, decorado con magníficas filigranas. En el lado derecho del patio se localiza un corredor a doble altura que avanza a lo largo de todo el edificio, separado con arcos de medio punto y columnas de mármol, de orden toscano en la parte baja y de orden jónico en la superior que se haya acristalada. Desde este lado derecho se accede al denominado Cuarto del Almirante, también se encuentran aquí las escaleras que acceden al denominado Palacio Alto, en estas escaleras se haya un cuadro que representa a una virgen, del pintor Juan de Roelas. Por el lado izquierdo del patio se llega al Patio del Crucero y al palacio gótico, reconstruido parcialmente en el siglo XVIII, sobre restos de un palacio gótico del que aún se conservan los Baños de María de Padilla, la Capilla y el Salón de Carlos V.
El grupo de hermanos se trasladó hasta la Sala del Almirante, sobre lo que era el palacio de la dinastía abbadita, remodelado por los almohades. Lo que hoy sobrevive de la antigua Casa de Contratación, es sólo una parte de lo que en su momento llegó a ocupar, y que comprendía una serie de edificios que se extendía desde el actual Patio de la Montería hasta la Plaza de la Contratación, donde tenía su fachada principal, esta zona comprendía entre otras, el Cuarto del Almirante o sala capitular, junto a dos naves de dos plantas, una capilla, otra zona de almacenes y habitaciones alrededor de un patio, junto a la Plaza de la Contratación, siendo esta parte derruida, en el año 1964. En 1717 este organismo se trasladó a la ciudad de Cádiz. Desde el año 1793, en que se extinguió la Casa de Contratación, se incluyeron todas las dependencias de la Casa de Contratación en el conjunto del Alcázar.
Las salas que se conservan en éste punto del recorrido comprenden un primer salón inicial en la que se encuentran un gran cuadro que representa el Santo Entierro Magno Sevillano en el que aparecen las distintas hermandades que se extienden en un recorrido que va desde la Plaza de San Francisco hasta la Puerta de San Miguel de la S.I.Catedral, además una Exposición de Abanicos Antiguos donados a la ciudad por Doña Gloria Trueba Gómez en el año 1997, también varios cuadros de relieve como «La inauguración de la Exposición Iberoamericana de 1929 » que preside la estancia, obra del pintor Alfonso Grosso, «Las postrimerías de San Fernando «, de Virgilio Mattoni «la Toma de la Loja por Fernando el Católico » y los retratos de Fernando VII y María Cristina de Nápoles de Carlos Blanco, fechados en el primer tercio del siglo XIX. A continuación, nos encontramos con la denominada Sala de Audiencias reconvertida posteriormente en Capilla, se encuentra cubierta con rica techumbre del siglo XVI de tracería con adornos geométricos, la capilla posee una grada de piedra, adosada al muro que recorre el perímetro de toda la sala y presidiendo la estancia se encuentra una valioso retablo de la Virgen de los Mareantes, flanqueada por cuatro santos, original de Alejo Fernández.
Acompañados de nuestro guía Fran Rubio nos adentramos en el Palacio Mudéjar o de Pedro I que fue construido por iniciativa del rey Pedro I, en 1364, en su construcción colaboraron artesanos de Toledo, Granada y de la propia Sevilla, posteriormente fue transformado en época de los Reyes Católicos y de los primeros Austrias. En la portada, un gran alero o tejaroz, que se encuentra sostenido por mocárabes dorados, alberga una inscripción, en caracteres góticos, relativa a la fundación del palacio que manifiesta «el muy alto et muy noble et muy poderoso et muy conqueridor don Pedro por la gracia de Dios rey de Castilla et de León, mandó fazer estos alcázares et estos palacios et estas portadas que fue fecho en la era de mill et quatrocientos y dos años». Esta inscripción sirve de marco para un friso de cerámica que repite en ocho ocasiones, el lema de los nazaríes «Y no vencedor sino Alá».
El interior del palacio presenta dos núcleos uno dedicado a la vida oficial que se sitúa alrededor del patio de las Doncellas y otro a la privada en torno al patio de las Muñecas. El conjunto de habitaciones y patios que forman la planta baja de este palacio son los siguientes: El Vestíbulo que distribuye a los dos sectores del palacio, hacia la izquierda se dirige hacia el Patio de las Doncellas y hacia la derecha se puede acceder al patio de las Muñecas, que constituía la parte más reservada y que de esta manera tenía un acceso directo al exterior sin atravesar la parte oficial del palacio.
El Patio de las Doncellas que es un patio de forma rectangular, presenta en la planta baja, arcos lobulados sobre dobles columnas de mármol y en la planta superior, arcos de medio punto sobre columnillas jónicas de mármol con balaustrada, la arcada superior fue añadida hacia 1540, bajo el reinado del rey Carlos V.
En 1572, en época del rey Felipe II, se cambió la fisonomía del patio, procediéndose a enlosar el mismo, también se colocó una fuente en el centro del mismo. En los primeros años del siglo XXI, el patio ha recuperado la primitiva estructura que tenía en los tiempos del rey Pedro I, esta configuración ha supuesto la desaparición de las losas del patio y su sustitución por una alberca que corre a lo largo del mismo, rodeada por arriates rehundidos.
El Patio de las Muñecas, cuyo nombre se debe a los pequeños rostros visibles en varios de los arcos, con bellísima ornamentación de azulejos y arabescos de estuco, es típico animar a los visitantes que descubran las caritas de muñecas talladas en diversas columnas, ya que si se presta atención se pueden encontrar nueve caras, en distintas zonas de la estancia. Según la tradición “trae suerte” a quien la encuentra por sus medios, como fue el caso de nuestra Hermana Lina que encontró 4 caras. Destaca las columnas y capiteles procedentes de Medina Azahara.
En dichas estancias los hermanos y devotos pudimos contemplar la Alcoba Real que es el dormitorio de los Reyes Moros y el Salón de Embajadores también denominado de la media naranja, era una de las salas principales del palacio y la que centraba el ceremonial público de la corte. Se encuentra su entrada en el acceso abierto en el lado menor del patio de las doncellas y a través de un gran arco que conserva las puertas originales, realizadas por carpinteros toledanos en 1366, compuestas por hojas talladas en madera de pino ataujeradas, doradas y policromadas, con inscripciones en árabe, en su cara externa, y castellano, en la interna.
La sala presenta arquerías triples de herradura en dos de sus lados, sostenidos por columnas de mármol de distintos colores en cada frente. En la decoración destaca la bóveda semiesférica, que se levanta sobre pechinas de mocárabes dorados, obra original del carpintero Diego Ruiz. También destacan los paños de alicatado que presentan la parte baja de los muros con temas de lazo y la magnífica ornamentación de yeserías con temas geométricos en su parte superior. El conjunto se rompe con los balcones construidos en 1592.
A ambos lados de esta sala se encuentran las denominadas salas colaterales, en las que sobresale la decoración de los frisos de yeserías donde aparecen unos medallones con siluetas blancas que representan escenas de temas caballerescos y cinéticos entre esfinges y arpías.
Continuamos nuestra visita viendo el Palacio Gótico del Alcázar mandado edificar por el rey Alfonso X, en 1254, y que sirvió como Corte de este rey, parece un reflejo a la descripción que realiza el libro segundo del Código de las Siete Partidas del palacio real, procurando su carácter público frente al carácter recogido de los palacios islámicos.
Aunque la construcción de este palacio se remonta a la época de Alfonso X, sin embargo el Terremoto de Lisboa de 1755 afectó a este conjunto debiendo realizarse importantes modificaciones, dándole entonces un toque barroco en el patio del crucero. La fachada que presenta al patio del crucero es porticada y fue construida por Sebastián Van der Borcht.
En él pudimos admirar el Patio del Crucero que fue construido en el siglo XII, añadiéndosele en tiempos de Alfonso X, bóvedas de crucería, el jardín presentaba dos niveles, el más alto correspondería al que tiene actualmente el patio, con dos galerías principales en forma de cruz y otras cuatro periféricas, y un segundo nivel, 4,7 metros por debajo del anterior, ocupado por un jardín con naranjos, dividido en cuatro partes, en cuyo centro se situaba una gran fuente y en los extremos albercas. A raíz del terremoto de Lisboa se tapó este jardín inferior, rellenándolo de tierra y formando el actual patio rectangular. Los vestigios visible de este piso inferior pueden ser contemplados desde el patio del crucero.
De dicho palacio destaca la Capilla, presidida por un retablo de la Virgen de la Antigua, realizado en el siglo XVIII por Diego de Castillejo y que contiene una copia anónima de la existente en la Catedral de Sevilla. Los muros presentan zócalos de azulejos realizados por Cristóbal de Augusta.
Continuamos por la Sala Gótica que durante el siglo XVI se llamó Sala de Fiestas porque en ella se celebraron los banquetes con ocasión de las boda real del rey Carlos I. Durante el reinado de Felipe II fue remodelada para adaptarla al gusto de la época, dándole un toque más renacentista, los muros se cubrieron con zócalos altos de azulejos, entre los que destacan los realizados por el ceramista Cristóbal de Augusta, en los que se rinde homenaje a Carlos V, con las efigies del caballero y la dama representando al emperador y su esposa, también se sustituyen los pilares por ménsulas manieristas y se pintan las bóvedas.
Por último, el Salón de Tapices que se reconstruyó de nueva planta a partir del Terremoto de Lisboa. Constituye un salón decorado con grandes tapices que representan la conquista de Túnez en 1535 por el emperador Carlos; son de origen flamenco y fueron tejidos por Francisco y Cornelio Van der Gotte.
Para finalizar la visita, nos dirigimos a los distintos y diversos jardines que el Alcázar Sevillano posee y de los cuáles pudimos disfrutar el de Mercurio que está formado por un gran estanque, situado a la altura del palacio y más alto por tanto que el resto de los jardines, se encuentra presidida la alberca por la figura del dios Mercurio, realizada por Diego de Pesquera y fundida por Bartolomé Morel, de estos autores son también las barandas con leones en escudos en sus ángulos y 18 bolas con remates piramidales que rodean el estanque. De fondo se encuentra la Galería del Grutesco para cuya construcción se aprovechó un antiguo lienzo de muralla almohade, Su transformación en mirador y decoración se debe fundamentalmente a Vermondo Resta, siendo considerada la más manierista del Alcázar, está realizada por labores rústicas en piedras de distinto tipo que simulan rocas marinas. Con estos elementos pétreos también se enmarcan espacios cuadrangulares y de medio punto en los que en su mayoría hay pinturas murales imitando mármol rojizo, en las que también se pintaron figuras, fábulas mitológicas y aves exóticas, realizadas por Diego de Esquivel en el siglo XVII. La galería se encuentra rematada en la parte superior a modo de castillete almenado. Frente al estanque, se conserva una fuente con órgano hidráulico del siglo XVII, recientemente restaurada.
También el Jardín de la Danza conocido como Jardín de las Damas. Es un espacio de carácter rectangular dividido en tres tramos, desde el que se accede al llamado «Baño de Doña María de Padilla», que constituye el jardín subterráneo del jardín del crucero, es un gran estanque con arcos de nervadura en su parte superior.
En un nivel superior se encuentran dos columnas que en su momento estuvieron rematadas con esculturas de personajes mitológicos, que representaban un sátiro y una ninfa bailando. En la zona inferior destaca una fuente que data del siglo XVI, decorada con azulejos.
Además visitamos los Jardines del Príncipe que son los jardines más antiguos, su nombre procede del nacimiento, en un cuarto próximo, del príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos. El trazado es de crucero y tiene una plantación heterogénea donde coexisten indiscriminadamente, palmera, ciprés, magnolio, granado, naranjo y otros arbustos, todo distribuido irregularmente, destaca la fuente de Neptuno.
Y el Cenador del León o del naranjal o de la alcoba, con la fuente del León. En él se encuentra el Pabellón de Carlos V, construcción de 1543 con planta cuadrada y pórticos en sus frentes y cubierta por una bóveda semiesférica. La decoración es de azulejos y yeserías, realizadas por Juan Fernández, con mezcla de motivos mudéjares y renacentistas. Además del Laberinto.
Junto a este monumento, Visitamos a las 13:00h el Archivo de Indias que se creó en 1785 por deseo del rey Carlos III, con el objetivo de centralizar en un único lugar la documentación referente a las colonias españolas hasta entonces dispersa en diversos archivos.
El archivo conserva unos 43.000 legajos, con unos 80 millones de páginas y 8.000 mapas y dibujos que proceden, fundamentalmente, de los organismos metropolitanos encargados de la administración de las colonias.
Tras el descubrimiento de América, y la elección de Sevilla, como puerto exclusivo del comercio con este continente, se incrementó la actividad comercial de la ciudad. El lugar utilizado por los comerciantes para llevar a cabo sus actividades mercantiles eran las gradas de la Catedral. Su punto central era la denominada fuente del Hierro, enclavada en el lugar que actualmente ocupa la Iglesia del Sagrario. Durante la segunda mitad del siglo XVI, el Cabildo de la Catedral, para evitar los excesos cometidos por lo comerciantes, que no dudaban en culminar sus acuerdos en el interior del templo, en los días de lluvia, instaló columnas con cadenas en los alrededores del templo y contrató alguaciles que evitaran el paso por la calle, de animales de carga. Antes las quejas del Cabildo Metropolitano, el rey Felipe II decidió la construcción de un edificio para sede de la Lonja, que se llevaría a cabo en la misma Avenida, junto a la Catedral, y terminaría siendo sede del Archivo de Indias. Su construcción se inició en 1584, no abriéndose al uso hasta 1598.
Dos razones fundamentales enmarcan la fundación del Archivo General de Indias. Por una parte la falta de espacio en el Archivo General de Simancas, archivo central de la Corona española. Por otro, en línea con el espíritu de la Ilustración, el deseo de escribir una historia de la conquista y colonización española que diera respuesta a los escritos extranjeros que habían tratado el tema.
El responsable del proyecto fue José de Gálvez y Gallardo, secretario de Indias, encargándose el académico e historiador Juan Bautista Muñoz, cosmógrafo mayor de Indias, de su ejecución.
En octubre de 1785 empiezan a llegar al Archivo los primeros documentos. Desde entonces y en distintas remesas se van incorporando los fondos de las principales instituciones relacionadas con las Indias hasta convertir al archivo en el principal depósito documental para el estudio de la administración española en el Nuevo Mundo y las Filipinas. En el momento de constituir el archivo, se toma el año 1760 como fecha divisoria entre lo administrativo y lo histórico, de forma que los documentos anteriores a esa fecha habían de ser remitidos al Archivo de Indias, quedando la documentación posterior a dicha fecha al servicio de los organismos que habían producido los documentos.
Los documentos que hoy conserva el archivo ocupan más de nueve kilómetros lineales de estantería.
Sólo algunos documentos proceden directamente de organismos coloniales, o de particulares relacionados con la administración colonial.
En la actualidad, es el mayor archivo existente sobre la actividad de España en América y Filipinas conteniendo información sobre la historia política y la historia social, la historia económica y la de las mentalidades, la historia de la Iglesia y la historia del arte o la geografía de aquellos territorios. Guarda una gran cantidad de piezas de incalculable valor histórico: textos autógrafos de Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes, Vasco Núñez de Balboa, Hernán Cortés, Francisco Pizarro sus documentos son analizados y consultados por los investigadores que pasan cada año por el archivo.
El Grupo de Hermanos pudimos ver en dicho edificio, y gracias a las explicaciones de un guía, la Exposición «Mare clausum, mare liberum» en la que se exhibe la piratería marítima que se desarrolló contra el comercio español en América durante los siglos XVI al XIX. Expone más de 170 piezas entre muestras de armamento de la época, libros y documentos originales conservados en el archivo y maquetas de fortificaciones y navíos. Muestra cronológicamente las distintas amenazas, desde los piratas franceses, al principio, los corsarios ingleses, los holandeses y los bucaneros y filibusteros, al final, y las estrategias defensivas de la corona española basadas en la fortificación de los principales puertos y la creación de flotas para defender las costas.
Desde aquí doy las Gracias a todos los asistentes y al Guía Fran Rubio facilitado por los contactos de Sandra Lagares (Devota y admiradora de nuestra hermandad).